top of page
MVI_0805_16_edited.jpg

REFLEXIONANDO ANDO

Para mí fue de suma importancia encontrarme con Amanitas Muscarias en un momento difícil de mi    existir, porque fueron un rayo de luz desde que las conocí, ya que gracias a ellas fue posible seguir gestando a mi hija (proyecto de grado) y de esta forma pude superar un poco el infierno en el cual me encontraba.

Pero más allá de ello, fue conectarme con Las Amanitas y llevar a cabo los encuentros de forma presencial, ya que por temas de la pandemia no nos podíamos encontrar y el realizarlo en estos tiempos tan difíciles donde reunirse con las demás personas está prohibido, para nosotras fue un acto de rebeldía, claro está teniendo en cuenta las medidas de protección pertinentes, porque considero vital el poder conectarnos con otras personas, otras corporalidades, otros sentires y salir un poco de tanta virtualidad que nos consume poco a poco.

 

Lo maravilloso de todo ello, es que nunca pensé todo lo que generaría en mí este proceso creativo en y con las chicas, como el replantearme muchas cosas en mi vida al transformar tristezas y depresiones en una gran fortaleza que en estos momentos moviliza mi existir. No alcancé tampoco a imaginar lo que se iba a construir en nuestros encuentros y cuál iba a ser la finalidad,  pero desde allí se fue desarrollando una serie de inquietudes expuestas en la performance, un tema en específico fue ¿cómo los diferentes tipos de violencias que se generan en nuestro diario vivir por parte de personas cercanas a nosotras, nos pueden lastimar tanto incluso hasta llegar a perder la esencia que tenemos cada una de nosotras?

 

Nuestros cuerpos han estado permeados por diversas violencias y específicamente por el simple hecho de ser mujeres, donde nos subestiman por lo que somos y también nos ven como objetos sexuales y no es así, porque somos mucho más que eso. Y esto se puede comprobar al ver todas aquellas noticias de feminicidio, violaciones, secuestros y maltratos a niñas, jóvenes y mujeres en general, aquí incluyo también a la comunidad LGBTIQ; casos recientes como la de María Ángel Molina niña una niña de tan solo 4 años que fue raptada, violada y asesinada a principios del 2021 por parte de un desconocido, por nombrar solo un caso porque estas páginas no me alcanzan para nombrar infinidad de casos sucedidos en el transcurso de la historia Colombiana, que se refleja también en Latinoamérica y en todo el mundo.

 

Michel Foucault dice, “lo que define una relación de poder es un modo de acción que no actúa de manera directa e inmediata sobre los otros, sino que actúa sobre sus acciones: una acción sobre la acción, sobre acciones eventuales o actuales, presentes o futuras.” (Foucault, El sujeto y el poder, 2007, pág. 14), es decir que existe una serie de juegos de relaciones de poder entre las personas que comparten un mismo entorno y es allí donde la mayoría de las mujeres, como las que hacen parte de Amanitas Muscarias y otros grupos y colectivas de mujeres, se unen para entrar en la búsqueda y en el cambio constante de dichas relaciones desde el reflexionar sus propias experiencias que de una u otra forma las están afectando en su diario vivir.

Ahora bien, entrando en materia de lo que sucedió y viví en el desarrollo de los talleres,  todo se fue construyendo durante mes y medio, y surgió  “La ventana abierta: el monstruo y el miedo cambian de lugar”, donde se evidenciaron las diversas violencias que se generan hacia las mujeres y esto fue posible a través del diálogo entre algunas integrantes de Amanitas al preguntarse cuál o cuáles son sus imágenes corporales femeninas y cómo se fue construyendo dicha perspectiva. Desde allí comenzaron a contar que en muchas ocasiones fueron violentadas por personas cercanas a ellas, cuando les decían que no deberían comportarse de determinada manera ya que eso no lo hacen las mujeres, o que estaban muy gordas o muy flacas, que no se vistieran así, que dejaran que primero hablaran los hombres para poder tomar la palabra, y así diferentes aspectos de su vida cotidiana se fueron develando. Esto me hace reflexionar que aún quedan muchas cosas por cambiar, porque no se puede seguir en la dinámica que entre todxs nos sigamos criticando por nuestra forma de vestir y de actuar en el mundo para justificar las agresiones cometidas hacia nuestros cuerpos y sentires. Considero que aún nos queda luchar constantemente para obtener una vida libre de violencias y acoso en cualquier ámbito en que nos encontremos y unirnos desde la diferencia que poseemos cada persona para seguir construyendo un mejor devenir. También se expuso que las diferencias que existen entre nosotras, generan impacto en las relaciones que tenemos con las demás personas ya que a partir de allí las podemos nutrir poco a poco, incluyendo la relación que tenemos con nosotras mismas.

 

En el proceso creativo surgió el tema de la monstruosidad, entendiéndola como aquello que rompe lo que está socialmente estipulado, para llegar  a un punto crucial: el aceptarnos tal cual y como somos, con todo aquello que nos envuelve, como los aciertos e incertidumbres. Y aquí me surge una imagen, tener a un lado una loba blanca y al otro lado una loba negra, es decir aquella dualidad que llevamos en cada una de nosotras, y en este punto traigo a Jung como referente, él habla en su investigación del cómo los opuestos se unen para ser un todo.

Específicamente retomo el anima (parte masculina) y animus (parte femenina) que se encuentra en cada ser humano, este es un tema amplio que se puede estudiar a fondo, en este caso considero que aplica el animus en toda su magnitud, ya que habla del aspecto femenino explícitamente en la mujer. “Se personifica en la figura de una sola mujer como unidad, siempre dentro de su bipolaridad positivo-negativa, superior, inferior, espiritual-instintiva, salvadora-destructora. Es más configurada que el animus y más centrada en el pasado.” (Sáenz, Javier (2005). Lo femenino y lo masculino en la psicología de Carl Gustav Jung. Recuperado de  http://www.adepac.org/inicio/lo-femenino-y-lo-masculino-en-la-psicologia-de-carl-gustav-jung/) Es decir, llevamos adentro todos los aspectos positivos y negativos que construimos desde y con nuestro entorno, encendiendo todo el poder que llevamos dentro y esto puede ser posible cuando alimentemos a cada loba por igual. De esta forma nos vamos convirtiendo en aquellas brujas modernas que luchamos día a día por tener un lugar tranquilo en el mundo, donde seamos tenidas en cuenta por lo que somos.

Sabemos que esto no será fácil, pero tenemos la convicción de que este sistema patriarcal se va ir desmoronando poco a poco, como está ocurriendo en estos últimos momentos donde se evidencia la caída del mismo, un claro ejemplo es lo que sucedió en Argentina al legalizar el aborto, y todo esto gracias a aquellas mujeres que han salido a las calles a marchar, porque desde lo político y social han logrado cambios desde su constante lucha para que esto sea una realidad. 

A través del tiempo me fui emocionando cada vez más con lo que se estaba cocinando en el caldero mágico, porque gracias a la participación y dedicación de las participantes se fue moldeando esta hija que la estaba gestando hace 3 años. La vida da muchas vueltas y como contaba al principio, fue importante el encontrarme y conectarme con estas mujeres maravillosas Las Amanitas, y es que las energías del universo confluyen de unas formas que muchas veces no entendemos.

Sí, sufrí un episodio oscuro en mi existir pero no me quedé en ese rol de víctima sino que trascendí esa sensación y pude compartir un poco de mis conocimientos con dichas mujeres,  y  viceversa, porque de cada una de ellas aprendí muchas cosas. Me agradezco el darme la oportunidad de relacionarme con ellas, porque con dicha experiencia, siento que por fin encontré mi camino como profe-artista-investigadora, ya que en estos momentos estoy tejiendo mi camino en la lucha por reivindicar el rol de la mujer en la sociedad colombiana, y eliminar un poco desde mi quehacer las violencias que presenciamos en el diario vivir.

Puedo decir que mi arma son las artes en general, pero específicamente la performance, porque con ella y en relación con la pedagogía puedo seguir movilizando y construyendo muchos conocimientos desde mí sentir y ser en el mundo. Aquí retomo la teoría de la Logoterapia desarrollada por Viktor Frankl, donde habla el cómo los seres humanos después de enfrentar una situación adversa o tener vacío existencial, logramos transformar todo aquello que nos causa malestar y nos impulsa a seguir recorriendo este camino llamado vida al cambiar nuestra actitud frente a ella.

Leyendo las reflexiones de Las Amanitas, algunas de ellas concuerdan que el momento de exponer mi propuesta metodológica no me entendían, esto fue porque a través de cada encuentro se dilucidaba que era lo que se iba a ir construyendo, por otro lado también influyo que al tener tantas ideas en mi cabeza, la gran mayoría de veces me enredo y esto es algo con lo cual he ido reflexionando, aclarando y aprendiendo de las experiencias que he adquirido en el tiempo, y es que el enredarme no solo me sucede en el aspecto académico también en lo personal he caído en ello. Pero que mejor que caerse, levantarse, aprender y enseñar desde lo que ocurre en el día a día, todo este proceso me deja una gran huella en el corazón.

Una de ellas expuso “Lo único que no me gustó del proceso, es que se haya quedado ahí, quieto, bajo una sola puesta en calle cuando realmente era una creación muy potente.”, entre las Amanitas y yo hemos hablado de seguir movilizando todo esto que realizamos a otros espacio, pero como bien sabemos este veneno llamado COVID, nos impide en cierta forma movilizarnos, pero nada es imposible porque ya sabrán de nosotras en otros territorios, sí digo nosotras en plural, porque ahora soy una de ellas… 

...Esta historia apenas comienza...

OUR COURSES
bottom of page