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REGISTRO DE LA ACCIÓN  

 

 

Es un registro con mirada desde la performance, es por ello que se realizó en colaboración con Francisco Rodríguez Motavita,  quien es integrante de “La buena, la mala y la fea que es un colectivo dedicado, entre muchas otras cosas, a la divulgación, crítica y promoción de los diferentes aspectos que abordan el lenguaje cinematográfico. Pasando por la creación de programas de radio online, la participación como prensa en festivales y estrenos y la conformación de espacios de diálogo como cineclubes y salas alternas de proyección; el colectivo ha trazado una trayectoria como formador de públicos y generador de contenidos que involucran la comprensión de la imagen en movimiento como manifestación artística: el cine.” (Ortiz, Sebastián. Díaz Kimberly. La buena, la mala y la fea: formación de públicos.)

 

 

Entablar una conversación entre Pacho y yo fue gracias a una amiga en común, Carolina López, fundadora de “Veladas”. Cuando comenzamos a comunicarnos fuimos conectando intereses comunes y compartir conocimientos, el interés principal de él es indagar la performance como manifestación artística que transcurre en la ciudad de Bogotá, porque en estos momentos está realizando su maestría en Estudios Artísticos titulada “Cuerpo, performance y video” en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

 

Para conocer un poco más de él y por qué nos unimos para la realización del registro puedes escuchar a Francisco en el siguiente audio:

Me puedes dar click

¿Qué quise transmitir en el registro?

Todo comenzó con mi idea de tener 3 perspectivas diferentes que grabaran la acción, así que le comenté a Pacho que quería las cámaras alejadas de Las Amanitas para que no se sintieran intimidadas por personas que ellas no conocían, dichos aparatos se pusieron a disposición desde puntos estratégicos donde reflejarán la puesta en escena.

Una de ellas fue mi cámara fotográfica, y desde su lente pude captar mi mirada y sensibilidad con respecto al proceso creativo, eso fue lo que quise reflejar en cada instante, ya que sabía que movimientos iban a realizar dichas mujeres. Pero para las otras personas que estaban realizando el registro, quería que entrarán en el juego de captar cada instante de la acción, ya que no tenían ninguna primicia de lo que iba a suceder.

Ya en el momento de la edición y teniendo todo el material en la mano de las 3 cámaras, comencé a trabajar con Pacho desde nuestro intercambio de perspectivas con respecto a lo que se había grabado, él como artista visual y yo como la potenciadora de dicha puesta en escena, fue de esta forma que se fue hilando poco a poco una imagen con la otra, y la aguja que fue uniendo los videos realizados por los integrantes de La buena, la mala y la fea fue desde mi cámara.

 

Lo que me interesó retratar en este registro fue toda la transición que estaban realizando las participantes, porque sabía el trasfondo de cada movimiento, por otro lado quería captar las reacciones de las personas que se acercaron a ver la acción. Lo más bello y poético del registro fue cuando comenzó a llover, siento que potencio cada movimiento y palabra que trasmitió cada una de Las Amanitas. 

Al final de la edición nos sentimos contentxs por el resultado, ya que compartimos nuestros conocimientos e ideas para crear dicho registro, y parto de lo que menciona Diana Taylor, el archivo no es la performance en sí, ya que la performance es efímera    y lo que queda de ella son las sensaciones generadas no solo por lxs que realizan la puesta en escena, sino también por el público que estuvo presente, donde se compartieron entre ellxs diferentes emociones y sensaciones. Así que estas se convierten el repertorio. Taylor (2003) afirma: “El performance ‘en vivo’, no puede ser capturado, o transmitido a través del archivo. Un video de un performance no es el performance, aunque generalmente viene a reemplazarlo como objeto de análisis (el video es parte del archivo; lo que se representa en el video es parte del repertorio). Los actos encarnados y sus representaciones generan, registran y transmiten conocimiento”. Es decir, ayuda a mostrar que fue lo que sucedió en ese momento y aparte de ello este material sirve para futuras investigaciones.

 

En estos momentos recuerdo lo que mencionaba Diana Taylor y lo expongo en Pócima Blanca “La forma más productiva de aproximarnos al performance tal vez sería en lugar de preguntarnos ¿qué es o no es el performance? hay que preguntarse ¿qué nos permite hacer y ver performance, tanto en términos teóricos como artísticos, que no se puede hacer/pensar a través de otros fenómenos?” (Taylor & Fuentes, Estudios avanzados de performance, 2011). En este caso, pensar y reflexionar con respecto lo que se movilizó con “Amanitas” como factores sociales y políticos, que anteriormente ya te he mencionado, las violencias y feminicidios que suceden en el país.

 

Dicha puesta en escena se fue construyendo desde la performance, siendo parte de las artes contemporáneas, que movilizan y desarrollan otro tipo de pensamientos y diálogos con lo que sucede actualmente en nuestros contextos, desarrollándola en esta investigación como una propuesta pedagógica.

¿Qué sucedió después de realizar el registro?

En este punto me centraré en el aspecto teórico para entender que fue lo que sucedió con el registro de la puesta en escena de Amanitas el 25N...

El desarrollar el concepto qué es o no performance, es ampliamente complejo, y esto se ha realizado durante mucho tiempo y en diferentes contextos. Dicho diálogo, o para otras personas dicha discusión se va a seguir desarrollando. Así que partiendo desde la perspectiva latinoamericana, el primer traspiés que se tiene es que “performance” es una palabra anglosajona y en español no tiene traducción, tal vez la traducción que más se acerca es “acción” o como en muchas partes lo mencionan “arte-acción”. Pero esto no es todo, hay que tener en cuenta que dicha palabra y al “regresar a su genealogía etimológica y recordar que “performance”, como han señalado Victor Turner y Diana Taylor, viene del francés antiguo parfournir, verbo que significa “proveer”, “completar” y “llevar a cabo” (Taylor 2007, 3). Esto nos ayuda a entender que el performance no es únicamente un arte, sino fundamentalmente un acto expresivo, es decir, una actuación que se puede analizar en todos los ámbitos de la vida cultural, social y política.” (Prieto Antonio, 2009). Es por ello que desde dicha perspectiva, yo (Persépolis) me baso para entender que en el proceso de investigación-creación al tener clara una estructura del cómo desarrollar los encuentros desde la performance, permitió que dichos talleres se fueran reformulando en determinados momentos al escuchar atentamente que era lo que querían evidenciar las participantes, y a partir de esto considero que se encontró lo performativo en la trayectoria que realicé con Amanitas Muscarias, porque al visibilizar y entender sus individualidades, y verlas desde la colectividad se pudo construir  nuevos pensamientos y proyectos. Pero a diferencia de ello, la puesta final no la puedo catalogar como una performance, ya que desde lo conceptual no se conecta con lo que realizaron Las Amanitas.

 

OUR COURSES

 

¿Entonces qué fue lo que realizó finalmente Amanitas Muscarias?

 

Cabe resaltar que mi objetivo general era: Crear una performance desde las imágenes corporales femeninas, pero lo que se construyó al final fue una puesta en escena llamada “La ventana abierta: el monstruo y el miedo cambian de lugar”, y al verla detenidamente hace parte de lo que Ileana Diéguez llama las teatralidades liminales.  Antes de comenzar a indagar en el aspecto teórico, te contaré cómo y cuál fue la idea colectiva de Las Amanitas:

Esta acción se fue construyendo poco a poco con una estructura conceptual y estética desde la performance como el esqueleto del proyecto, a partir allí se fueron uniendo algunos elementos que surgieron en todo el proceso creativo como las emociones, sensaciones y pensamientos que quisieron movilizar y mostrar al final cada una de las participantes de la acción, por otro lado estuvo influenciado el teatro y la danza por 3 de Las Amanitas que hicieron parte del proceso.

Lo performativo de todo, es el proceso creativo, la trayectoria que tuve en conjunto con las participantes desde los encuentros, donde se tomaron las perspectivas y manifestaciones de cada una de ellas para la construcción final de una puesta en escena, donde se movilizó todas aquellas violencias que aqueja a estas mujeres desde sus cuerpos.

Reflexionando, viendo una y otra vez el registro, poniéndolo en dialogo no solo con mi tutora sino con otras personas que están inmersas en el teatro y/o la performance, acepto que no hay nada performativo en la puesta en escena, ya que al revisarlo detenidamente tiene aspectos de la danza y el teatro, es allí donde comienza mis inquietudes e incertidumbres porque al inicio quería realizar una performance de forma colectiva y lo que surgió fue una acción que se conecta más con el artivismo, es decir una conexión entre el arte y el activismo,  porque lo que se realizó finalmente fue una protesta de manera artística que recrimina los feminicidios que suceden en Colombia y todo tipo de violencia de género.

 

Dame click y yo te llevaré a un enlace que te explica a profundidad qué es Artivismo

 

Y me atrevo a decir que es una acción artivista, porque aparte de los tintes teatrales y dancísticos en su propuesta creativa, también tiene aspectos políticos y feministas, que parten de las experiencias que han tenido cada una de Las Amanitas a lo largo de su vida, partiendo de las violencias que han sufrido y los feminicidios que están sucediendo actualmente no solo en Colombia, sino a nivel mundial. Esto fue posible por los encuentros performaticos que hacen parte de la pócima blanca_ La Performance: Una pedagogía posible, desde allí se desarrolló una propuesta y experiencia artística donde se evidencian las violencias que se han generado sobre ellas en su desarrollo como sujetas sociales.

Desde lo anterior, se debe tener en cuenta que no todas las participantes vienen del mundo artístico, ya que algunas de ellas son licenciadas en filosofía, comunitaria, sociales y otras no tienen relación alguna con la academia. Esto es importante observar, ya que a partir de la diferencia se fue construyendo un lenguaje desde la performance para poder relacionarlo con otros campos de conocimientos.

Lo performativo de todo ello fue la juntanza con Amanitas, porque a partir de allí se movilizó muchas emociones, ideologías, entre otras experiencias, y parto desde lo que menciona Judit Vidiella en su artículo “Performatividad y poder. Políticas de representación e identidad: corporización y performance”, quien dice lo siguiente: “El término performatividad se refiere a los procesos mediante los cuales se constituyen las identidades y las realidades sociales, por una serie de aproximaciones a modelos pre-establecidos y también por todos aquellos “actos fallidos” que no consiguen aproximarse a la norma y que, por tanto, ponen de manifiesto su carácter construido.” Y es que lo que sucedió en esta acción, fue realizar una protesta pública en un día tan significativo como el 25N desde el arte contemporáneo, partiendo desde la perspectiva de la performance, el teatro y la danza para exponer aquellas violencias por las cuales hemos pasado por nuestras vidas y soltar de alguna forma la rabia que tenemos dentro al ver, sentir y evidenciar tantas injusticias.

Al leer “Escenarios y teatralidades liminales. Prácticas artísticas y socioestéticas” de Ileana Diéguez, quien dice lo siguiente: “La performatividad y la teatralidad apuntan a un tejido de diseminaciones que atraviesan las nociones disciplinares de teatro o performance art y se instalan en un espacio de travesías, liminalidades e hibridaciones, donde se cruzan y se interrogan los campos del arte, la estética y lo político.” (2009) Allí se pone en diálogo los límites que se encuentran en las teatralidades, entendidas como aquello que sucede dentro de manifestaciones de índole políticas y/o culturales, y desde este punto dichas hibridaciones son posibles cuando se comienzan a entretejer diferentes tipos de lenguajes y se ponen en diálogo, de esta forma se pueden llegar a construir nuevas experiencias y/o conocimientos para crear otro tipo de manifestaciones, no solo artísticas, sino también políticas. 

Esto me ayuda a entender que fue lo que sucedió finalmente con la puesta en escena, sé que La Performance - lo pongo en mayúscula ya que es muy importante para mi construcción como, persona, mujer, arista, docente e investigadora - es un camino pedregoso en el cual muy pocas personas estamos dispuestas a transitar, porque hay que tener presente los conceptos de: performance, performatividad, performativo, teatralidad, teatralidades liminales, y otros conceptos, que al no ser lo mismo si se pueden llegar a relacionarse o buscar las formas de conectarlos. Pero estos son temas amplios que  no voy a hablar en este espacio, pero sería interesante y fundamental tener en cuenta para otras posibles investigaciones… 

Te llevaré a Reflexionado ando... para ver las reflexiones finales de Persépolis con respecto a todo el proceso creativo...

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