Mi experiencia en la construcción de la performance:
Al principio cuando se nos presentó la propuesta a la colectividad me llamó mucho la atención, me encantaba crear espacios escénicos y exploraciones corporales, así que con empeño quise ser parte del proyecto. Para mí fortuna, muchas otras también tenían una motivación genuina para participar del mismo, así que con más ahínco procuré asistir a los talleres que preparaba la compañera Carolina. Al principio lo veía como su proyecto de grado y como algo lindo que quería hacer, pero paulatinamente fueron las voces colectivas las que empezaron a construir por medio de ideas y sentires una puesta y apuesta por las corporalidades, las mujeres y nuestras luchas. El empezar a sentir y ver que todas lo sentían como propio, el proyecto de la performance se convirtió en un escenario de reconocimiento y auto-reconocimiento como colectiva y como mujeres, individualidades que se proyectan como varias, se representan y se permiten ser representadas por las muchas que acompañan el andar. Realmente estoy muy agradecida por cada apertura emocional, psicológica y personal que se dio en este cruce de saberes y está construcción colectiva.
El miedo y el monstruo cambian de lugar
Hace poco una bruja me dijo que estaba rodeada de gente de mierda. Sí, gente de mierda, de gente misógina, que se escondía bajo la fachada de buen ser humano, del fiel y correcto, a su todo y su nada, de gente violenta, de esa que con su sola mirada te sientes muerta, gente machista, de esa que se pone el color violeta pero no tolera la presencia de mujeres en sus mesas, gente hipócrita, de esa que se toma una foto contigo, comparte fiestas y hasta cama, pero te volteas y de inmediato salen heridas en tu espalda.
Mucho tiempo estuve rodeada de esa gente de mierda, pero en los tiempos de hoy en día agradezco a las diosas su sabiduría de dejarme a la deriva para encontrarme a mí misma. En lo más oscuro y profundo de mi corazón, encontré una pequeña loba que gritaba con furia para hacerse oír, pero el ruido que provocaba esa gente de mierda la tapaba, quitando luz y brillo a tan majestuosa y poderosa criatura monstruosa y encantadora.
En el transcurso de esos venires y devenires conocí mujeres que para mí son Diosas, que me enseñaron no solo el significado del color violeta sino la historia, la lucha y resistencia de cada una de nosotras, me enseñaron que cada marca de mi cuerpo lleva el nombre de dignidad y resiliencia.
También me enseñaron a gritar con rabia cada tristeza, y a no perdonar la ausencia cuando está llena de injusticias y patriarcalmente envuelta. Me enseñaron a que cada 25 de noviembre reivindicaba a mis muertas, y sacaría toda la furia para que ni una más desaparezca, por culpa de esa gente de mierda.
Este 25 salí con el corazón lleno de ellas, lleno de su fuerza y sus vivencias, que fueron saliendo cada una en la plaza de San Luis, en nuestra primera presentación en cada paso yo era Jennifer Plazas, Yuliana Samboni, Alejandra Monocuco, todas ellas injustamente ausentes por un estado cómplice, como también yo era mi Mamá quien me dejo para ser quien soy, yo era mi tía que tras un abuso sexual decidió callar, yo era mi hermana quien decidió dejar todo por lo sueños de alguien más, yo era yo quien ha pasado toda su vida luchando por dejar estereotipos, costumbres y tradiciones, que solo a la gente de mierda se le puede ocurrir, ese día me acompañó esa criatura monstruosa que salió justo en ese momento para levantarme y gritar juntas, gritar por todas, gritar pensándonos y gritar una vez más por las que ya no están.
Ese día acabe con el miedo al qué dirán, cruce las barreras que te pone la academia, destroce las cadenas que me apretaban para que la loba no saliera y se quedara quieta, escupí al Ego quien siempre puso en mi sentimientos pena y vergüenza, pero que hoy cambian de lugar para ser esa bruja fuerte y poderosa que no calla sino se rebela.
Mis sentires respecto a la performance:
A lo largo de los ensayos y las proyecciones que se dieron respecto a la performance pude encontrar varios instantes de liberación y reconciliación conmigo misma. En los ejercicios de interacción corporal y mental podía materializar las ideas y recuerdos en movimientos que si bien, inicialmente hacían parte de una manifestación personal, posteriormente hacía parte de una red conjunta de movimientos coincidiendo en una misma secuencia de las mujeres que asistíamos al espacio.
Las ideas se fueron sumando y entre todas, en medio de muchas sensaciones y emociones creativas, fuimos tematizando el mensaje que se quería proyectar para la perfo, los tipos de violencias en contra a las mujeres, la monstruosidad, la dualidad o polivalentes formas de ser y sentirnos mujeres fueron temas que proyectaron las corporalidades exploradas. Fue muy interesante esta construcción colectiva teniendo en cuenta la pluralidad de saberes y de áreas en las que cada una de nosotras explora en su subjetividad.
Sentir que juntas somos una potencia creativa y de acción maravillosa. Vernos el día de la presentación, en medio de la lluvia y las contingencias del día; firmes, unidas, concentradas y emocionadas con la creación que nos vinculó, física, mental, emocional y organizativamente como mujeres empoderadas. En general, la experiencia de realización de la performance la consideré como una potencia que proyectó a diversidad de mujeres desde sus sentires particulares y colectivos para dar un mensaje acerca de cambiar formas de relación y acción en el mundo que nos rodea.
EL SIGNIFICANTE
Antes de empezar he de mencionar para mí misma que mientras realizaba la cartelera venían a mi mente mil ideas de “lo que es para mí la belleza en una mujer”, pero, o solo que cuando lo iba a poner en palabras me costó mucho, me incomodo el hablar.
Ahora bien, para mí misma expondré que la belleza de una mujer está llena de símbolos/formas y emociones; la belleza que es tan subjetiva, para mí se halla en una sonrisa, en el sentir y pensar de la persona, en sus miradas, en eso que no se ve pero que se percibe al relacionarse con el otro. Una mujer bella es, o no es, cuando lucha por sus ideales, que se expresa cuando quiere y lo necesita, cuando llora y sus ojos brillan, cuando su rostro se llena de arrugas porque una sonrisa surge ante lo que acontece en el camino, es ver las huellas de las manos de nuestras abuelas, es permitir que la voz de una mujer fluya y surja al punto de sentir que mis tripas dancen y mis vellos se enchinen, es verlos danzar y vibrar al ritmo del compás que toquen.
AGRADECIMIENTOS
Amanitas...agradezco a este 2020 porque nos atrevimos a juntarnos para accionar. Aprendí de cada una un poco y eso me ha ayudado a ver una nueva faceta de mi rol como mujer inmersa en la sociedad y me ha ayudado a afrontar temores
Deseo que nos sigamos uniendo para construir mundos posibles y para seguir aprendiendo las unas de las otras Buenos vientos para cada una y les envío un gran abrazo de corazón a corazón.
Estas palabras que se abren camino en este papel, quieren exponer diferentes sensaciones que viví, justamente abriendo la ventana de mi casa y de mi vivencia para hablar… encontrarme con las mujeres de la montaña, con las vecinas y amigas... con las Amanitas. Que me acompañaron a ver mis miedos y reconocer mis monstruos, este camino comenzó con un tinto pa´ hacer algo diferente en el mar de la desigualdad e injusticia de varias situaciones que nos atañen como mujeres y caminar hacia un trabajar, analizar, planear, pero sobre todo soñar, fuertes y unidas, en diferentes acciones de creación de mundos posibles.
Puedo decir que en la acción del 25, sentí que esto se materializó de una forma más concreta en estos cuadros que construimos a partir del laboratorio, el cual siento que se convirtió en una danza que en un mismo canto fuerte empujo la ventana colectiva que nos separa, para exponer allí una denuncia, un silencio a gritos. Grito del país y del mundo entero. Un grito de las mujeres, de les que vieron la acción y les que estaban dentro, un grito de las que marcharon ese día y sobre todo por les que no podrán volver a marchar. Porque nos están matando y nos queremos vivas, porque “la tomba no me cuida, me cuidan mis amigas”, porque soñamos con el día en el que amanezcamos sin miedo a salir por ser mujer, sin miedo a vivir solas, sin miedo a no tener a un hombre al lado, sin miedo de tenerlos al lado, sin miedo a ser...
Mis mejores deseos, porque los retos sean lo que ilumine todos los caminos por recorrer juntas y cada una. Compartir con ustedes ha sido una muy hermosa lección para mi vida, gracias por permitirmela.
️
"Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola,
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo,
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta,
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto.
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo,
rodéalo de fosos profundos,
pero hazle anchas puertas y ventanas.
Es menester que cultives enormes amistades,
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres,
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.
Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero.
Guarda las distancias.
Constrúyete. Cuídate.
Atesora tu poder.
Defiéndelo.
Hazlo por ti.
Te lo pido en nombre de todas nosotras".
Gioconda Belli
Para mí el proceso del performance fue muy significativo en diversos aspectos. Unos hacia la colectiva y todo lo que proyecto en mi cabeza sobre el potencial y la fuerza de nuestras acciones, y por otro lado lo específicamente personal.
En lo personal fue muy valioso que al proceso se sumará mi madre, entre muchas otras cosas, somos muy amigas y veníamos conversando sobre cosas profundas para la vida de cada una, y en su caso, el teatro es una de ellas. Así que el hecho de que la colectiva la invitara a hacer parte de ese proceso, fue hermosísimo, de hecho ella me propuso ser parte recién le conté que haríamos el performance. Entonces los ensayos y las charlas estando ella presente haciendo parte de todo fue brutal para mí, verla "en acción" y sentir tan cerca lo que una mujer que amo y admiro tanto este proceso le generó, y ver cómo se encendía su fuego fue un aprendizaje gigante para mí, como hija, como amiga y como mujer.
Ahora en lo colectivo, siento que al comienzo pudo haber momentos difusos metodológicamente que a la vez reconocí como parte del proceso de formación pedagógica de Caro, y decidí para mí misma habitar un lugar de acompañamiento, más que de entrar a corregir y/o pretender imponer como lo haría yo desde mi experiencia. Esto me posibilitó rehabitar un lugar hermoso de aprendizaje y exploración, midiendo "el aceite" entre todas en cuanto al compromiso que los actos creativos implican y que muchas veces las personas no notan. Entonces encontrarme con las compas en esa construcción fue algo que me permitió afianzar la confianza en las construcciones colectivas, confianza que yo sentía rota por mi experiencia en la organización de la que hacía parte antes.
Encontré entonces que en estos diálogos y procesos de co-creación dónde no hubo una autora, fueron espacios de volver a sentir el poder y el lugar político de nuestras acciones. Siempre le he apostado a los procesos de co-creación desde lo comunitario, así que está propuesta de espacio que abrió Caro fue vital para materializar las búsquedas, no tanto hallar respuestas, como sí juntarnos en las preguntas, en las heridas por sanar y en los gritos por poner en el viento y en la calle.
Lo único que no me gustó del proceso, es que se haya quedado ahí, quieto, bajo una sola puesta en calle cuando realmente era una creación muy potente